COVID-19 ha reavivado la fobia a los gérmenes de algunos, pero a otros les ha creado otros temores, concretamente el miedo a las reuniones. ¿Qué podemos entender de este nuevo miedo post-pandémico?
Razones del miedo a las reuniones
El confinamiento ha creado una desconfianza hacia los posibles compañeros e incluso hacia cualquier individuo. De hecho, se puede decir fácilmente que el encierro ha tendido a hacer a la gente más social. En primer lugar, la rutina de los gestos hacia atrás ha puesto realmente una barrera al contacto táctil y a la cercanía humana. Es normal que el miedo a conocer el síndrome de alguien se reavive desde que lo perdimos de vista durante la pandemia. Por otro lado, hay que tener en cuenta que las reuniones individuales de antes, ya provocaban estrés, en cuanto a la preparación, el miedo a lo desconocido, etc. Este miedo se convierte gradualmente en el síndrome FADS, que hace que los demás sean conscientes del peligro de tocar a un extraño o de contraer el virus. Este fenómeno se agrava aún más teniendo en cuenta los miles de muertos, cercanos o no, que ha sufrido Francia.
Cómo resolver su fobia social al contacto cara a cara
En primer lugar, debes tener un claro deseo de conocer a la otra persona y decirte a ti mismo que ese miedo se interpone en una posible historia de amor. ¿No hemos conocido parejas que han florecido después de una tragedia? Después de ser consciente de esta posibilidad, también debes decirte a ti mismo que la otra persona probablemente siente lo mismo, lo que te aportará precaución y, por tanto, seguridad social. Además, las citas se olvidan a menudo, pero cuando tienen éxito, permiten desestresarse y pasar una buena velada. También es aconsejable recurrir a un consejero de motivación para deshacerse de la fobia a las fechas postCOVID-19. Además, este miedo irracional no es más que la exageración de la precaución y la pérdida del hábito de los contactos sociales.